Historia y vida. Antonia
Cruz Cortez
Nos da gusto
señores lectores hacer este tipo de
trabajos, en donde el pueblo participa contando sus historias y sentires de los
acontecimientos vividos y de sus trabajos por el paso de esta vida, memorias
imborrables de su paso.
Hoy es el caso de la señora Antonia Cruz, quien
naciera el 6 de marzo de 1930, frente casi de la garita hoy biblioteca pública,
y en frente del estero del pozo, vecinos con Antonio Silva, y quienes se cambiaran al tiempo cerca de Risamara con chupadora, y hoy actualmente
vive por la calle Campeche # 194.
Doña Toña nos comenta que de muy joven empezó a
trabajar en las palapas de la playa del borrego, una de ellas fue con Manuela
Delgado, en La Conga de Juan Aranguré y la señora Raquel, también con doña
Felipa, “casi recorrí todas las palapas de la playa, después me dedique a sacar
ostión, nos íbamos al rey a buscarlo por todas las raíces, bajos y sacábamos
almeja cerca de los espigones de la piedra de la virgen, a veces nos íbamos en
la panga aprovechando la marea baja.
Sacamos langosta con atarraya y las manos cuando se atoraban en la
arena, con la bajada de la marea y a vender el producto sacado por las calles,
recuerdo cuando cargábamos las bolsas de ostión por toda la orilla, después de
sacarlos, realmente era cansado, -Entre
sus recuerdos nos comenta- antes nos cruzaban en canoa al rey, me tocó
cuando hicieron el puente del conchal no el nuevo que esta, sino el que se
cayó, no había antes carretera se daba vuelta por Navarrete, para ir a Talpa se
iba en burro, nos cuenta también que enfrente del jardín Juárez existió un club
Azteca donde se hacían bailes en aquella época (donde está el DIF).
-Y
ahora, ¿qué hace, doña Toña?
- Ay hijo, ya no puedo ni caminar, ya me asoleo
y me agito, ya uso este tubo (un inhalador) y uno de jodido…, fíjate que en
campaña me visitaron mucho los regidores y me prometieron ayudar, sólo Regino
vino apoyarme con la medicina que yo
necesito, tengo alguna medicina que vale
como $700.00 pesos, y es de por vida, otros regidores también me dijeron que me apoyarían y es hora
hijo, ¡que los sigo esperando! Tanto dinero que ganan y no apoyan en nada
esta gente, yo antes podía ir a la presidencia a pedirle al tesorero, pero hoy
ya no puedo, me canso”, nos comenta doña
Antonia, de 83 años, lamentando
su situación.¤
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