miércoles, 30 de enero de 2013

Heraldo de la Libertad, José María Mercado

José María Mercado, Heraldo de la Libertad
Nacido en Teúl en 1781, en la Nueva Galicia, hoy Estado de Jalisco, hizo estudios eclesiásticos y en 1810 se encontraba como cura en Ahualulco. Por intermedio de José Antonio Torres pide permiso a Hidalgo, el cual obtuvo para extender la lucha independiente por la Nueva Galicia.
Después de tomar la plaza de Tepic pacíficamente, se dirigió a San Blas y se situó en un paraje llamado La Puerta, el 26 de noviembre de 1810.
Desde ese lugar mandó un mensajero con un pliego donde intimaba al comandante del puerto a la rendición. San Blas estaba sitiado y los insurgentes “no dejaban pasar ni una mosca”, según una expresión de la época.
El alférez de fragata Agustín Vocalán fue designado por los rea-listas para parlamentar con Mer-cado. Después fue acusado de exagerar el número de elementos insurgentes por cuidar sus intere-ses personales. En la causa que posteriormente se les formó en Guadalajara a Comandante y
oficiales por haber entregado el puerto de San Blas, Vocalán fue el único que recibió sanción.
Los oficiales, tropa y marineros hacían el servicio conforme a las ordenanzas reales, pero al tener conocimiento de la llegada de los insurgentes, desertaban con todo y arma.
El 1º de diciembre entran al puerto los insurgentes dirigidos por José María Mercado, quien después de tomar la plaza comenzó a disponer de la artillería hasta reunir 42 cañones y enviarlos a Miguel Hidalgo, pero al saber que éste fue derrotado en la batalla del Puente de Calderón, los arrojó al precipicio para inutilizarlos.
Regresa a San Blas el 31 de enero, y estando en Loa Contaduría él y los oficiales Romero y Matemala, en las penumbras de la noche les sorprenden un grupo de hombres capitaneados por el párroco de San Blas, Nicolás Santos Verdín.
Romero y Matemala se defienden valientemente, pero los derrota la superioridad numérica. Mercado, al tratar de salvarse, muere en el despeñadero. Esta es la historia de los hombres que murieron por darnos patria, y nosotros veneramos su memoria.¤
Antonio Delgado I.

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